La literatura posee diversos recursos para otorgar expresividad y belleza a los textos. La aliteración es uno de ellos.
Este tipo de uso del lenguaje pertenece al ámbito de la retórica y enriquece la calidad estética tanto de la prosa como de la poesía. Dentro de las figuras de dicción que pertenecen a este tipo de recursos encontramos la aliteración.
¿Qué es una aliteración?
La aliteración consiste en combinar y repetir sonidos iguales o afines en la frase. Estos sonidos o fonemas pueden ser vocálicos o consonánticos y deben estar repetidos al menos 2 veces para lograr su efecto.
En la prosa a menudo se repite la misma consonante del inicio en el comienzo de 2 palabras consecutivas, o poco separadas entre ellas. Un ejemplo de este caso es la frase: “mi mamá me mima”. Podemos notar como repite tanto la consonante m y los fonemas mi y ma que comienzan la oración.
En la poesía se utiliza mucho mediante la repetición de un solo fonema o fonemas similares para conseguir un efecto sonoro de más expresividad. Esto podemos verlo en el verso de Rubén Darío: “con el ala aleve del leve abanico” donde se repiten las sílabas le-ve incluso en el mismo orden consiguiendo un resultado de belleza notable.
La aliteración añade sonoridad y ritmo a las frases convirtiéndolas en más musicales y lúdicas. Es por eso que este recurso es muy usado en los trabalenguas como en el que dice: “tres tristes tigres comen trigo de un trigal”.
Esta figura de la retórica se emplea mucho en las frases de los libros diseñados para que los niños aprendan a leer porque la reiteración de los sonidos ayuda a memorizar las oraciones.
Ejemplos de aliteración
Son muy hermosos los ejemplos de la aliteración en la poesía. Estos son algunos de ellos:
- “La libélula vaga de la vaga ilusión” (Rubén Darío)
- “Agarras garras de aves de raras razas” (Gustavo Adolfo Bécquer)
- “En el silencio solo se escuchaba/ el susurro de las abejas que sonaba” (Garcilaso de la Vega)
- “El ruido con que rueda la ronca tempestad” (José Zorrilla)
- “Tiene el leopardo un abrigo en su monte seco y pardo/yo tengo más que el leopardo porque tengo un buen amigo” (José Martí)
- “A las almas aladas de las rosas…” (Miguel Hernández)
- “Un no sé qué que queda balbuciendo” (San Juan de la Cruz)
- “El Jilguero/Canta, y al sol peregrino de su garganta/amarilla trigo/Nuevo de la trilla fritura el vidrio del trino” (Leopoldo Lugones)
En el caso de los trabalenguas:
- “Al señor Magaña le dio lagaña, araña, maraña, por comer lasaña”
- “Pablito clavó un clavito, ¿qué clavito clavó Pablito?”
- “El tren de paja pita puja puja pita”
- “Ahí viene el que vino para beber vino ha venido”
- “Corren corriendo las carretas y los carros por la carretera”
- “El amo ama al ama de llaves, pero el ama de llaves no ama al amo”