El asíndeton es un recurso literario que omite las conjunciones para dar fuerza conceptual. Se utiliza en su lugar pausas o entonación de coma, lo que transmite una sensación de movimiento y le otorga mayor expresividad al mensaje, o la idea que se desea transmitir.
El polisíndeton en cambio, repite las conjunciones, con la función de que las ideas expresadas inviten a la reflexión por el efecto de lentitud y pautas que emplea. Ambos recursos transgreden el empleo de las conjunciones y son especialmente utilizados en la literatura, siendo muy usuales tanto en la prosa como en la poesía.
Definiciones
Por definición, los recursos del asíndeton y el polisíndeton no dependen del uso u omisión de las conjunciones, sino de la manera en las que el escritor las utiliza.
En el caso del asíndeton para provocar movilidad y rapidez en las ideas, y en el caso del polisíndeton para ofrecerle al lector la posibilidad de meditar sobre lo escrito. Como figura retórica, el polisíndeton aporta mayor profundidad al texto.
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Ejemplos de asíndeton y polisíndeton
Algunos ejemplos de asíndeton son los que siguen:
- — ¡Trabaja, muévete, agítate para comer! Esto es tan horrible como si nos dijeran: — ¡Da a esa bomba, suda, afánate para coger el aire que has de respirar! […] ¡Qué casta, qué misteriosa, qué llena de dulce pudor es siempre la pereza del hombre! (Gustavo Adolfo Bécquer, “La pereza”)
- […] desencajados los ojos, entreabierta la boca, blancos los labios, rígidos los miembros, muerta; ¡muerta de horror! (Gustavo Adolfo Bécquer, “El Monte de las Ánimas”)
- Ciervos rondan, perdices sobrevuelan. (Manuel Mantero, “En lo alto”)
- Hombre es más que blanco, más que mulato, más que negro. (José Martí, “Mi raza”)
- Vidi, veni, vici.(Julio César)
Entre los ejemplos de polisíndeton más representativos tenemos los que siguen:
- – ¡Hola, la hija de la Simona –me dijo en cuanto me vio–, y hecha ya toda una moza, y sabiendo francés, y bordar y tocar el piano y qué sé yo qué más! […]Y fue mi hermano mismo quien recogió la hostia y se la llevó a la boca. Y el pueblo al ver llorar a Don Manuel, lloró […] Me levanté sin fuerzas y como sonámbula. Y todo en torno me pareció un sueño. Y pensé: “Habré de rezar también por el lago y por la montaña”. Y luego: “¿Es que estaré endemoniada?”. Y en casa ya […]. (Miguel de Unamuno, “San Manuel Bueno, Mártir”)
- […] y crea usted, que a pesar del digital y baños y todos los remedios, la bala no perdona. (Emilia Pardo Bazán, “El revólver”)
- […] y padece, de la fatiga de acomodación entre los elementos discordantes y hostiles que heredó de un colonizador despótico y avieso, y las ideas y formas importadas […] Nos quedó el oidor, y el general, y el letrado, y el prebendado.(José Martí, “Nuestra América”)
- Ni guisos, ni vino, ni nada tienen el cutis tan fino, ni los cristales con luna relumbran con ese brillo. (Federico García Lorca, “Romance de la casada infiel”)
Ambos recursos deben emplearse de forma comedida, sin abusar de ellos, pues constituyen en sí errores gramaticales que, aunque aceptados como recursos literarios, tienden a resultar chocantes para el lector.