Muchos escritores consideran al microrrelato como una aberración literaria y algo que en realidad no se diferencia mucho de un aforismo, pero esta consideración es un error mayúsculo.
Por qué interesarse por un género como el microrrelato
El microrrelato es un formato ideal para aquellos escritores de narrativa que comienzan. Debido a sus dimensiones reducidas, exige de una gran precisión en el uso del lenguaje y la sintaxis, así como un conocimiento de los ritmos y tiempos. Este tipo de literatura, aunque tenga un concepto diferente a la narrativa de mayor extensión, nos prepara y da elementos para enfrentarnos a retos de mayor extensión sin perdernos en nuestros propios pensamientos ni andar por las ramas. El buen microrrelato se basa en transmitirle una idea al lector en la menor cantidad de palabras con la máxima eficiencia, y eso mucho se agradece.
Tampoco esta forma de literatura equivale a desahuciarnos de las editoriales. Estas tienden cada vez más a publicar obras de gran extensión como las novelas en detrimento del relato, la poesía o el propio microrrelato. Para fomentar el desarrollo de la narrativa breve, existen numerosos concursos internacionales de renombre y revistas que los buscan.
Además, hay salidas económicas interesantes a los que puedes optar con un microrrelato. Uno de los ejemplos más felices en este sentido es el Concurso Internacional de microrrelatos “Museo de la Palabra” de la Fundación César Egido Serrano, que ofrece un premio de 20 000 dólares por una obra inferior a las 100 palabras de extensión. Por ello, está considerado el premio mejor dotado por cantidad de palabras en el mundo.
Qué es un microrrelato: ejemplos célebres
El microrrelato no es más que una historia de ficción muy breve. Y cuando digo breve, me refiero a una extensión entre 5 y 200 palabras como máximo.
Otra de sus características es que navega entre géneros, por lo que la línea entre la narrativa, la prosa poética y la poesía es borrosa en el microrrelato. Lo importante es condensar una historia y entregarla en el mérito de la brevedad. Por su naturaleza mínima, muestra más bien la punta del iceberg de una historia en su momento clímax. Es entonces el lector quién, con su imaginación, rellena los huecos.
¿Qué no son entonces considerados microrrelatos? Pues, según Ginés S. Cotillas:
Los acertijos o adivinanza, los aforismos, las alegorías, las anécdotas, los apólogos, las fábulas, los apotegmas, las baladas, los bestiarios, las cartas, los chistes, los diálogos, los dichos, los epigramas, las estampas, las greguerias, los haikús, las leyendas, los miniensayos, las notas de prensa, las parábolas, los poemas en prosa ni los proverbios y refranes.
Por su brevedad tampoco puede seguir la estructura formal del cuento de introducción-nudo-desenlace. Y, lo más importante, por la economía de palabras necesarias en un microrrelato cada frase ha de ser construida de forma cuidadosa para llevar al lector la impresión que deseamos.
Cómo escribir un cuento
Ejemplos ilustrativos
He aquí algunos ejemplos de grandes nombres de la literatura universal, que incursionaron de forma magistral en esta forma de contar historias:
- “Se venden zapatitos de bebé, nunca usados”. Ernest Hemingway.
- “Escrito en su calendario en el día de la muerte de mi padre, dos palabras: llamar hijo”“. Stace Budzko.
- “El poeta de moda murió, y levantaron una estatua. Al pie grabaron uno de los epigramas que le valieron la inmortalidad y que ahora provoca la indiferencia o la risa, como la chistera, el corbatín y la barba de chivo del pobre busto. El Infierno no es de fuego ni de hielo, sino de bronce imperecedero”. Carlos Almira.
- “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Augusto Monterroso.
Sobre los orígenes del microrrelato de manera formal hay mucho debate. Se plantea que las fábulas medievales, los haikus japoneses o los aforismos guardan tanta similitud con el microrrelato que su nacimiento exacto no puede establecerse. Pero lo cierto es que, como género literario per se alcanzó un gran auge en los años sesenta del siglo pasado, gracias a autores como Jorge Luis Borges o Julio Cortázar.
Cómo se escribe un microrrelato: trucos
Este esquema, aunque no es el único, puede orientarte para hacer buenos microrrelatos.
- Piensa en un hecho o anécdota que sea visual y llame a la reflexión.
- Verifica que en él se encierre una idea oculta, una idea que no se revela completamente pero que llama al lector a considerarla.
- Piensa como contar la historia para sorprender al lector.
- Cuenta la historia de forma original y que el lector imagine el resto.
- Plantea un principio intrigante y un final que sorprenda.
- Ponle a tu microrrelato un título que sea relevante en la historia y forme parte de ella.
- Ahora, economiza. Haz que tu microrrelato cuente la historia con la cantidad de palabras mínima.
Microcuento y microrrelato: ¿hay alguna diferencia?
En el sentido más formal, el microrrelato se considera una submodalidad narrativa del cuento. Comparte sus mismas características pero “de forma más extrema y potenciada”, como señala Francisco Álamo. Estas categorías tienen líneas muy difusas, normalmente definidas por las normas del concurso o revista que los publique.
¿Qué son comunes a ambos? Pues la brevedad, el contener una historia, buscar la complicidad con el lector, tener un elemento sorpresa,
Ejemplos de microrrelatos muy cortos
Para terminar, te dejo otro puñado de joyas del microrrelato. Seguro podrás reconocer en ellos algunos autores de renombre, y espero que ahora puedas contemplarlos con ojos de escritor y ver como se evidencian en ellos muchos de los elementos que hemos comentado en este artículo. Por cierto, a los microrrelatos que no se sobrepasan las 20 palabras se les llama nanorrelatos o relato hiperbreve.
Cruce
“Cruzaba la calle cuando comprendió que no le importaba llegar al otro lado”. Arturo Pérez Reverte.
El hombre invisible
“Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello”. Gabriel Jiménez Emán.
Cuento de horror
“La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de sus apariciones”. Juan José Arreola
La última cena
“El conde me ha invitado a su castillo. Naturalmente, yo llevaré la bebida”. Ángel García Galiano.
“Se despertó recién afeitado”. Andrés Neuman
Una cosa es cierta: el microrrelato es un género que gana cada vez más adeptos en el presente siglo, y aprender a escribirlos de forma correcta es vital para tu escritura y tu divulgación entre los lectores. Si no me crees, acá te dejo una idea a considerar:
¿Qué es un tweet, sino un microrrelato de 140 caracteres?