La manipulación del tiempo literario es esencial en la escritura creativa. Del mismo modo que se trabaja con tipos de narradores, tipos de personaje o diálogos, se tiene en cuenta el tiempo literario.
A continuación, te ayudamos a distinguir entre sus distintas variantes. En este caso, no te preocupes en distinguir entre, por ejemplo, el tiempo de un cuento y el tiempo de la novela. A nivel técnico, se trata de un mismo fenómeno. Para identificar cada tiempo literario te pondremos ejemplos de ambos géneros.
El tiempo narrativo: la historia y el relato
Los formalistas rusos distinguían dos formas básicas de tiempo literario. Ambas afectan a la narración, así que se podrían encuadrar dentro del tiempo narrativo. La primera forma es la historia y la segunda, el relato.
La historia hace referencia a la sucesión cronológica de los hechos. El relato, a cómo estos hechos se ordenan cuando son narrados.
Yo, esta mañana, he ido a la panadería, he comprado el periódico y he vuelto a casa. Esa es la sucesión cronológica de los hechos. No obstante, al narrarte lo que he hecho esta mañana, puedo desordenarla: “Esta mañana volví a casa después de comprar el periódico y el pan”.
La manipulación del tiempo narrativo
A la hora de relatar algo, puedes hacer que el tiempo literario transcurra a “distintas velocidades”. Cuentas con cuatro opciones básicas, dos para “acelerarlo” y dos para “ralentizarlo”.
Para “acelerarlo”, puedes valerte del resumen y de la elipsis.
Resumen
El resumen condensa un gran trecho de tiempo narrativo en poco texto. Este es sin duda el tiempo de un cuento como los de las Mil y una noches.
Elipsis
La elipsis consiste en omitir partes de la historia que estás contando. Puedes hacerlo por motivos de suspense o porque, simplemente, las consideras prescindible. Esta alteración del tiempo literario la puedes encontrar, por ejemplo, en La chica del tren, la novela de Paula Hawkings. Está divida en días y, cada día, en Mañana y Tarde; lo que sucede entre una parte y otra, es omitido.
Si quieres, puedes profundizar más en nuestro tutorial dedicado a la elipsis.
Digresión
Para “ralentizar” el tiempo narrativo, puedes valerte de la digresión y de la dilatación.
La digresión implica detener la acción que se estaba narrando e introducir reflexiones, pensamientos, consideraciones, etcétera, durante una porción considerable de texto. El tiempo de la novela A la busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, está hecho a base de digresiones.
Dilatación
Por último, la dilatación es simplemente lo contrario del resumen. Se trata de que un corto espacio de tiempo ocupe una gran cantidad de texto. El ejemplo más brillante de esta modalidad de tiempo literario es el de Ulises, la novela de James Joyce. En ella se narran 24 h. de la vida de varios dublineses, durante más de setecientas páginas.
Como has podido comprobar, sabe manejar el tiempo narrativo es crucial. Junto con los tipos de narrador, los tipos de personaje y los diálogos, es uno de los pilares fundamentales de la escritura creativa.