En el español moderno podemos encontrar fenómenos lingüísticos que no se consideran legítimos o, a falta de una mejor palabra, incorrectos. Los casos de queísmo y dequeísmo son ejemplos de estas particularidades.
El queísmo y el dequeísmo son fenómenos lingüísticos muy comunes actualmente. Se utilizan, o mejor dicho se o mal utilizan por un enorme sector de la población e, incluso, han llegado a ser empleados en los medios de comunicación masivos. Pero eso no quiere decir que sean correctos y su uso puede ser causa de estigma lingüístico. Con esto en mente, la mejor solución es encontrar la forma de evitarlos.
Sobre qué son y cómo evitarlos hablaremos en esta ocasión.
Queísmo y dequeísmo
El queísmo es la ausencia de una preposición (por lo general la preposición de) en una posición en la que es necesaria delante de la conjunción que. Por ejemplo, la sentencia: “Él se enteró que venías” es incorrect. Pues aquí se requiere el uso de la preposición de delante de la partícula que, quedando “Él se enteró de que venías”.
El dequeísmo, por su parte, es el empleo de la preposición de frente a la conjunción que en contextos en los que no es necesaria, en los que el verbo o cualquier otra palabra de la oración no la requieren. Un ejemplo claro de esto es: “Él le dijo de que se sentara”. En esta oración el uso de la partícula de es inapropiada y debería quedar: “Él le dijo que se sentara”.
El dequeísmo tiene, además, la variante de sustituir las preposiciones exigidas por el verbo normalmente por de. Tal es el caso de: “Él insistía de que se sentara”, en vez de “Él insistía en que sentara”. En este último caso la preposición adecuada es en, no de.
¿Cómo evitar este error?
Un ejercicio ideal para saber cuándo se debe usar o evitar el uso de la preposición de. Se trata de la conversión de la oración donde se emplea en una interrogativa.
Si se desea decir “Él le dijo que se sentara” y existen dudas respecto al uso de la preposición de o no, fácil. Solo se debe convertir la oración en una pregunta: “¿Qué le dijo él?”. Si no se usa la preposición de en la pregunta, no hay problema. Quiere decir que no debe usarse en la oración tampoco, así se evita el dequeísmo.
Lo mismo ocurre en el queísmo. Si se desea decir: “Él se enteró de que venías”, hacemos la pregunta “¿De qué se enteró?”. Así sabemos que es necesario el uso de la preposición en una oración como esta.
El queísmo y el dequeísmo son más usuales de lo que se piensa. Su uso está bastante extendido, aunque esta situación no significa que sea apropiado utilizarlos. Con una técnica como la expuesta anteriormente será muy fácil saber en qué situaciones es apropiado utilizar la preposición de ante la conjunción que.
No te preocupes: con el tiempo y la práctica podrás prescindir de esta ayuda rápidamente y evitarás el queísmo y el dequeísmo sin problemas.
Otro error muy común: el Laísmo, leísmo y loísmo
Si estás intentando perfeccionar tu forma de hablar y no cometer errores, te interesará esto. Otro error muy común entre quienes utilizan el dequeísmo, es usar el laísmo y el leísmo. Por ejemplo “la dije”. Si bien es cierto que en muchos lugares es habitual su uso, el castellano normativo no lo prefiere. Te dejo aquí, para despedirme, con mi tutorial sobre el laísmo y el leísmo. ¡Para seguir perfeccionando tu habla y tu escritura!