Repasaremos en esta entrada los tipos de sinonimia.

Cuando escribimos damos por hecho que nuestras palabras serán comprensibles para todos los lectores. Sin embargo existen categorías semánticas que pueden suponer un plus de precisión para ser comprendidos, y para ser buenos escritores. Un ejemplo de ello son los sinónimos, que son aquellas palabras que tienen un significado semejante entre sí pero no exactamente igual, y en no pocas ocasiones tienden ser mal empleados.

A la relación semántica de significados semejantes se le llama sinonimia. Más exactamente, la sinonimia es la relación que existe entre los sinónimos. Un ejemplo de palabras que entran dentro de esta categoría gramatical son los sinónimos de alegría: jocoso, divertido, venturoso…

La sinonimia y sus principales características

Partiendo del hecho que la sinonimia es la relación entre sinónimos en determinado contexto, la contraparte de esta sería la antonimia. Esta se basa en lo opuesto, o sea en la relación de los antónimos, o palabras que indican una idea contraria. Por ejemplo: Calor- Frío, Feliz- Triste, Ancho- Estrecho, etc.

Existen palabras que por sí solas son sinónimos, por ejemplo cuando hablamos de “cataclismo”: nos referimos a ruina, hecatombe o devastación. Pero existen palabras que dependen del contexto en que son empleadas. Por ejemplo, “una persona es libre de comprarse un café”. Pero no nos remite al concepto de libertad propiamente, sino a la capacidad decisión que toma la persona al comprar un café.

Existen palabras que no tienen antónimos, como es el caso de los nombres propios. Plátano, por ejemplo. Esto sucede con frecuencia en los nombres comunes que designan un objeto pero no ocurre lo mismo con los sinónimos. Al plátano se le designa con otros nombres en diferentes partes del mundo, dependiendo del dialecto, y las características de cada región.

O sea, una palabra puede o no tener antónimo, pero es posible que si posee una sinonimia en alguna parte.

Clases de sinonimia de forma general

Para ir conociendo la mejor manera de emplear los sinónimos y la sinonimia, exponemos los tipos más empleados de sinonimia.

Sinonimia conceptual (o total)

En este tipo de sinonimia, los rasgos semánticos y conceptuales coinciden.

Algunos ejemplos son: sésamo/ajonjolí; frijol/ judía; esposa/mujer; alberca/piscina.

En la sinonimia conceptual, los términos relacionados remiten al mismo referente y significan exactamente lo mismo. Aunque a veces puede haber una cierta preferencia de un dialecto por una forma y la preferencia opuesta en otro dialecto. Por ejemplo: asno – borrico, marido – esposo, alberca – piscina, odontólogo – dentista.

Sinonimia contextual (o parcial)

Este tipo de sinonimia es considera parcial, porque los vocablos no pueden sustituirse en todos los contextos. Un ejemplo de sinonimia contextual o parcial, se observa cuando usamos la palabra: pesado

— Esta comida es pesada.
— Juan es un pesado.

Hasta aquí todo bien, pero sería incorrecto decir:

— Esta comida pesa mucho.
— Juan es indigesto.

O sea no se pueden intercambiar los conceptos dentro contexto semántico.

Resumiendo, en la sinonimia contextual, los términos relacionados pueden relacionarse únicamente en determinados contextos. Por ejemplo:

Las legumbres son pesadas (indigestas).

Tu amigo es muy pesado (cansino).

Este trabajo es pesado (duro, arduo).

Sinonimia referencial

En el caso de la sinonimia referencial, aunque las palabras están dirigidas a un mismo referente tienen significados distintos. Por ejemplo:
“Rosa accedió al auto del inspector. Este miró a la joven con cierta molestia — aquella intrusa no le merecía ninguna confianza”.

En este caso Rosa, joven e intrusa, se refieren a la misma persona, pero los significados que adquieren en la frase se diferencian por el contexto en que ocurren, son escritos o dichos. Concluyendo, en la sinonimia referencial, los términos relacionados remiten al mismo referente pero no significan lo mismo, Por ejemplo:

Limonada – bebida
Mesa – mueble

Sinonimia connotativa

En este tipo de sinonimia, los términos pueden referirse al mismo concepto y no tener que ver con significaciones. Por ejemplo:


—Messi es un monstruo
—Messi es una bestia
—Messi es un crack


En el último ejemplo, la palabra crack por ser un extranjerismo, se escribe en cursiva. En todos los ejemplos se hacen referencias sobre el futbolista Lionel Messi, pero, los términos que se aplican no son sinónimos puros. En la sinonimia de connotación, las palabras relacionadas están cargadas de todo tipo de valoraciones subjetivas, en ocasiones tan abundantes, que se pierde el significado objetivo. Por ejemplo:

– Ernesto es un monstruo de las ciencias astronómicas (genio, hábil, talentoso).

Otros tipos de sinonimia

Existen dos tipos más de sinonimia: la sinonimia estricta y la sinonimia parcial. La sinonimia estricta se usa muy rara vez, tanto así que algunos estudiosos han determinado que no existe, pues está dada por formas léxicas que significan lo mismo pero en contextos diferentes, lo cual las diferencia. La sinonimia parcial en cambio es muy usada.


Es necesario conocer el significado de los sinónimos y el contexto en el que son utilizados. Por ejemplo, en un contexto determinado, la palabra ordenar, puede ser sinónimo de arreglar u organizar (El muchacho ordenó/arregló/organizó su ropero). Pero en otro contexto no tendría significado alguno, por ejemplo, el Teniente ordenó/ arregló/ organizó disparar.

Algunos ejemplos

Hoy Pedro ha venido feliz del trabajo (en este contexto feliz, tiene sinonimia parcial con entusiasta).

Como se puede observar, las palabras son sinónimos parciales, y cada una resulta aplicable para determinado contexto.

De hecho, la sinonimia puede usarse como figura intencional para dar mayor fuerza, o reforzar una idea o un concepto y que la información llegue de forma adecuada al lector. La sinonimia también puede usar una figura determinada con la ayuda de palabras que son sinónimas, y tienen además una significación semejante, con el fin de amplificar la idea principal.

La sinonimia, además, ayuda a enriquecer el contenido de lo que se expone y clarifica una imagen determinada. Un ejemplo de lo expuesto es el que sigue, en este fragmento de una reconocida obra literaria.

Pérfidos, desleales, fementidos,
crueles, revoltosos y tiranos:
cobardes, codiciosos, malnacidos,
pertinaces, feroces y villanos;
adúlteros, infames, conocidos
por de industriosas, más cobardes manos.


(Fragmento de El cerco de Numancia, de Miguel de Cervantes)

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