El título del libro que nos ocupa hoy es “Shadow from the walls of death”. Se trata de un libro único -aunque la tirada original fue de 100 ejemplares- por un motivo simple: está pensado para matar a sus lectores. Se imprimió en 1874 y contiene 100 dibujos o muestras de papeles de pared. Lo que ocurre es que estos papeles de pared contienen arsénico.

La creación de un doctor loco

Fue el Doctor Robert M. Kedzie, quien durante la guerra civil americana tuvo la idea de crear estos libros con pigmento de arsénico. El arsénico puede mezclarse con el cobre y obtener de él curiosos matices de color y pigmentos. Y hay que pensar que no era raro que el papel del siglo XIX contuviera arsénico. Eso sí, en cifras mucho más bajas que Shadow form the walls of death.

libro arsénico

En el prólogo del libro ya se anuncia que el arsénico mata poco a poco a medida que se ingiere. No destroza la vida de un momento a otro, sino que crea un veneno crónico con efectos psíquicos.
M. Kedzie imprimió 100 ejemplares de este libro asesino y los mandó a librerías del estado de Michigan.

Qué ocurrió con el libro de arsénico asesino

Por suerte, los libreros andaban avisados del asunto, y destruyeron casi todas las copias, excepto tres, antes de venderlas. Dos copias de este libro asesino están guardadas en la Universidad médica de Harvard. La otra pertenece a una colección personal.

Cuidado con estos ejemplares, porque todavía siguen siendo mortales.

Una curiosa historia de libros reales que da que pensar en las posibilidades de los libros.

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